𝙑𝙚𝙣𝙚𝙯𝙪𝙚𝙡𝙖 𝙘𝙚𝙡𝙚𝙗𝙧𝙖 𝙚𝙡 𝘿í𝙖 𝙄𝙣𝙩𝙚𝙧𝙣𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣𝙖𝙡 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙋𝙖𝙥𝙖
La Organización de las Naciones Unidas estableció al 30 de mayo como el Día Internacional de la Papa, y este año se celebrará por primera vez. Se trata de un cultivo consumido por miles de millones de personas en todo el mundo, lo que lo convierte en un alimento que contribuye a alcanzar los principales objetivos de los ODS: lograr el hambre cero, promover la agricultura sostenible y fomentar las oportunidades económicas. La papa es originaria de los Andes, era conocida como la “flor de la antigua civilización inca”.
Fue llevada a Europa en el siglo XVI. En la dinastía Qing de China, se atribuyó a la papa el mérito de salvar vidas al contribuir a frenar el hambre. En épocas de conflicto, con la Segunda Guerra Mundial, el alto rendimiento y la resistencia de la papa proporcionaron seguridad alimentaria. Hoy en día, la papa se erige como un faro de seguridad alimentaria y un pilar de la agricultura sostenible: con más de 5.000 variedades, ofrece una riqueza genética para combatir plagas, enfermedades y los impactos del cambio climático, guiando las prácticas agrícolas sostenibles.
La Cordillera Andina es centro y origen de la biodiversidad de la Papa. Gracias a las iniciativas del Gobierno Bolivariano la Alianza Científico-Campesina es una política nacional de soberanía agroalimentaria que promueve el rescate, la conservación, producción y estudio de la papa
Algunos tips sobre la papa:
Es el tercer cultivo alimentario más consumido en el mundo
Tiene 8000 años de historia.
Se cultiva en 159 países.
Tiene 5000 variedades.
En Venezuela Bernabé Torres es el maestro y guardián semillerista que cuida la papa nativa andina.
Oriundo de Gavidia, en Mucuchíes, estado Mérida, Bernabé Torres, es uno de los maestros semilleristas más reconocidos en su comunidad y en el páramo merideño.
Con sus 66 años, Torres, tiene una historia de saberes adquiridos desde su juventud gracias a las enseñanzas de su madre Cándida Rosa.
Desde muy pequeño, sus pies han transitado por el páramo de Gavidia en busca de un tubérculo noble: la papa nativa.
La producción de este rubro tradicional de los pueblos indígenas de la zona, fue durante años sustituido por la importación de semillas de papas canadienses, principalmente, que abarrotaron los suelos venezolanos y sus mercados.
Bernabé conoce esa historia y la recuerda, desde su finca ubicada en el sector Los Yaques, vía Laguna de Santo Cristo, a 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar.
“El origen mío ha sido la agricultura. Desde muy niño he sido agricultor y pastor de vacas, por eso vivo ordeñando vacas. Esta fina era de mamá y estaba sola, porque ella se había casado con otro señor y nos habías mudado a un sitio más abajo de Gavidia, que se llama Los Corrales; entonces yo fui buscando, a lo que empecé a sembrar, estaba yo muchachón, en la vida de la adolescencia”, rememora.
Con apenas 15 años, Bernabé comienza a tejer vínculos con la montaña, sus caminos y el clima que puede descender a -4° C.
“A mi me gustaba sembrar, me gustaba la talla, me gustaban muchas cosas, entonces al patrón que me crió no le gustaba eso. Tuve que independizarme de muy temprana edad, hacer mis cosas por mi cuenta, a sembrar. Mi mamá y yo aquí, en este mismo sitio, ha sido un sitio muy sagrado para mi”, dice Torres.
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